Disappear.

Llevo horas intentando escribir algo medianamente decente. Y no me sale nada. 
Todo lo que escribo me suena demasiado... deprimente, no sé. No sé que pasa. 
Hoy, han terminado por matarme en vida, no sé ni de donde saco la fuerza para aún por lo menos mantenerme en pie. Y lo siento. Siento no poder dar más de mi. 
Si esto prosigue así, creo que cerraré este blog y me crearé uno más... a como me siento ahora. Ya lo pensaré. 
Hoy no tengo ganas de pensar en nada. Hoy no. Tan solo quiero meterme en la cama y morirme un rato. Que mañana supongo que será otro día... 
Pero supongo mal.
Siento tantas cosas dentro que... creo que dentro de poco voy a explotar. Y no sé como soltarlo todo sin sentirme como una imbecil.
...Y no sé como terminar esto, asi que... termino así.

Time to change.

Ya no quedaba nada.... Absolutamente nada por lo que luchar.
Y mis ganas también se habían evaporado. Me había cansado de esta lucha estupida, en la cual solo y exclusivamente yo, salia perjudicada.
Se acabaron las noches en vela, los días en los que me pasaba las 24 horas del día llorando. Y todo lo hice por ti. Por tu culpa. 
No volverás a ver ni una sola lagrima más descender por mis mejillas por ti. Nunca más.
Porque no te lo mereces. No mereces ni siquiera el propio aire que respiras.
Eres peor que un cáncer.

Nothing and no one.

Y volvía a sentirme tan sola como hacia unos meses... Estaba completamente vacía. 
Y sola. Sentia que ya no pertenecía a ninguna parte. Que nada encajaba. Que el cuento volvía a repetirse...
La luz que me había estado alumbrado estos meses poco a poco se iba apagando. Y me carcomia el dolor por dentro. 
Jamás llegue a imaginar que te iba a necesitar tanto en mi vida. 
Aprenderé a odiarte con el paso de los días, no te quepa la menor duda.

And still I wait for your call...

Y todo el mundo me pregunta que porque la sigo queriendo. Que debería odiarla. Sentir asco, repulsión, rencor, aborrecimiento, antipatía, desprecio… Pero no puedo.
Porque es la persona a la que más he querido en toda mi vida. Al despertarme, su nombre es el primero que se me pasa por la cabeza, al igual que al acostarme. Es algo inevitable, no puedo controlarlo.
He intentando por todos los medios odiarla, convencerme a mi misma que no es buena para mí. Y por mucho que me haya roto por dentro millones de veces, yo sigo queriéndola. Incluso con más intensidad que antes.
Y es algo extraño, ya que según dicen, “la distancia hace el olvido.” Pues no, al menos en mi caso no es así. Porque yo la tengo a un montón de kilómetros, y me da exactamente igual.
Porque me enamora su forma de ser.
Porque jamás había sentido que necesitaba tanto a alguien.
Porque es por la única persona que dejaría todo, absolutamente todo.
Porque la necesito más que al aire que respiro.
Porque si pudiera vivir 10 vidas, en todas, estoy segura que la esperaría. Siempre.

Y me siento realmente idiota al escribir esto, porque posiblemente, ella ya ni siquiera recuerde mi nombre.
Pero… si algún día llegas a leer esto, recuerda que sigo esperándote. Que en mi corazón siempre habrá un hueco para ti. Y que te quiero, como a nada ni a nadie.

My half.

Pintar en tu cara sonrisas la mayor de mis pasiones es.

De acero.

-De verás... lo siento.
-¿El qué sientes?
-Que te vayas.
-Ah, eso... tampoco es tan grave.
-¿Me estas queriendo decir que te da exactamente igual?
-Sí.
-¿Cómo... cómo consigues ser así?
-¿Perdón?
-Sí, no encuentro ninguna razón a tu forma de ser. Te estan arrebatando tu vida, vas a dejar a un montón de gente que aprecias atrás, te han quitado tus sueños, pero aún así... no te inmutas, te da exactamente igual. Parece como si dentro de ese corazón no hubiese nada, estas como muerta en vida, ni sientes calor, ni frío ni.... nada. ¿Eres feliz así, haciendo siempre como si todo te diese igual? 
-Prefiero no sentir nada a estar todo el día sintiendo dolor. ¿Te contesta eso a tu pregunta?
-...Su...supongo que sí.

Le dediqué media sonrisa sin ganas, dandole una ultima calada al cigarro.
Tan ingenua ella... siempre me creía.

A correr, princesa.

De nuevo me volvía a recorrer todo el cuerpo aquella maldita sensación. Ya lo había experimentado antes, pero esta vez era como más profunda. Di unos cuantos toques con el boligrafo sobre la libreta. Suspiro. Resoplo. No sabía como iba a despedirme de él. Cuando comence a escribir, ni siquiera me estaba dando cuenta de todas las posibles tonterias que estaba poniendo. Tenía ese defecto, cuando no sabía como decir algo, le daba 1000 vueltas, haciendo que para la persona que leyera esa carta, le resultara casi imposible de adivinar a que me estaba refiriendo.

"(...) En definitiva, creo que voy a irte resumiendo todo un poco, porque me imagino que no habras entendido nada de lo que llevo escrito hasta ahora. Quiero que sepas, que si he tomado la decisión de irme, no a sido por tu culpa, no quiero que pienses que has hecho algo mal y que lo has estropeado todo, porque no es así. Eres la persona que más feliz me ha hecho en toda mi vida. Jamás se me olvidarán todas las mañanas que despertamos juntos, ni las noches en las que tenía pesadillas y tu te quedabas despierto hasta altas horas, susurrandome cosas preciosas mientras me acunabas contra tu pecho hasta que por fin caia rendida, ni las tardes en el parque, nuestro parque, ni los abrazos, ni los besos, ni las caricias y mucho menos se me va a olvidar la forma tan delicada y sutil con la que me hacias el amor, ni como me mirabas embobado mientras me arreglaba o como te estremecias tan solo al notar como mi aliento chocaba contra tu cuello. Tantas cosas que jamás voy a olvidar... El tono de tu voz, tu olor, tu risa, esas cosas se quedaran por siempre en mi memoria. Pero quiero que me prometas algo. Prometeme que me vas a olvidar, que harás como si yo jamás hubiese pasado por tu vida, que no vas a derramar ni una sola lagrima con esta carta, que dentro de unos meses ni siquiera te acordaras de mi cara... No quiero que en tu mente quede ni un solo recuerdo mío. No intentes buscarme ni me llames, no te preocupes por mi, estaré bien. Quizá con suerte, dentro de unos años, volvamos a encontrarnos y recordemos todo esto juntos, de nuevo. Cuidate y por lo que más quieras, no hagas ni una sola estupidez, aunque no lo creas, me enteraré.
Te quiero, hoy y siempre."

Firmé la carta como pude y me dispuse a doblarla para introducirla en el sobre. Me esforce para no derramar ni una sola lagrima y lo conseguí. Ya no había vuelta atrás... esta vez no. Iba a pasar los peores meses de toda mi vida, estaba segura, pero me consolaba el hecho de pensar que quizá, después de tanta tormenta... vendría la calma. La que yo tanto necesitaba en esos momentos.