Our history.

I want to breathe the air .... containing your lips.

Do not let go, never.

Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.Te quiero.

Podría pasarme la vida entera susurrandote esas dos palabras, sin cansarme jamás.
Gracias, por hacer que cada instante que pasamos juntos, sea perfecto.
Gracias, por pintar miles de sonrisas en mi cara.
Gracias por quererme como solo tu sabes.
Gracias por tus besos y caricias.
Gracias por todo.
Por ser tu.
Te quiero, hoy y siempre, más que a todo.
 


Why so serious?

"No hables como ellos no lo eres, aunque quisieras. Para ellos sólo eres un bicho raro, como yo. Ahora te necesitan, pero cuando no sea así, te marginarán como a un leproso. Mira su moralidad, su ética es una gran mentira y se olvidan a la primeras de cambio, sólo son tan buenos como el mundo les permite ser. Ya veras cuando las cosas se tuerzan, esos individuos civilizados se matarán entre ellos. Yo no soy un monstruo, sólo voy un paso por delante."

Bitch.

Por encima de mi dignidad, NO PASAS.

Perfect me and you.

Llevabamos montados en el coche unos... 30 minutos, no tenía ni idea de donde me llevaba ni que pretendía hacer, antes de salir, cuando estabamos en su casa, me habia vendado los ojos y me había hecho prometerle que por nada del mundo iba a mirar. Aunque me estaba costando bastante, me mantuve quieta en el asiento, aunque era incapaz de no rechistar cada 5 minutos. 
-¿Falta mucho? Me estas poniendo realmente histerica. -Me moví nerviosa en el asiento y sentí como el colocaba una de sus manos en mi pierna, acariciandome despacio.
-No, estamos casi llegando, no seas impaciente. -Me apreto con suavidad la pierna y se río despacio, yo asentí y suspiré, no podía hacer otra cosa.
Al cabo de 15 minutos más, note como el coche se paraba y le escuche bajar del coche, me abrío la puerta y con delicadeza me levantó. Se coloco detrás mía y me agarro por la cintura con suavidad, obligandome a andar para delante. Sonreí nerviosa, daba pequeños pasos por miedo a poder tropezarme con algo. Caminamos así un buen rato, hasta que por fin, me quito la venda de los ojos despacio. Y entonces lo ví. Estabamos en un parque enorme, donde habia unas cataratas preciosas. Estaba anocheciendo ya, y el sol se escondia tras las montañas, aunque con el reflejo que quedaba, aquella vista era más preciosa todavia. Giré sobre mi misma, le miré a los ojos y le sonreí, él, me devolvio la sonrisa, me agarro de la cintura y me acerco a el, hasta que mi cara quedo a escasos centimetros de la suya.
-¿Te gusta? -Lo susurro tan bajo, que si no fuera porque allí no se escuchaba absolutamente nada, no hubiera sido capaz de saber lo que habia dicho.
-Gustarme es poco... esto es.... es... realmente precioso, me encanta, es perfecto, tanto como tú. -Le dedique una sonrisa y me puse de puntillas, para alcanzar a besarle. Me devolvió el beso, mientras yo pasaba mis manos alrededor de su cuello y le obligaba a acercarse más a mi. 
-Esto es perfecto porque tu estas aquí, conmigo. Cuando vine solo, no logré captar lo bonito que podia ser ver el atardecer, pero al estar al lado tuya... todo se ve realmente precioso y... me alegro de que estemos juntos, de que tu seas tu y no otra, de que lo hagas todo tan facil. Jamás pensé que terminariamos así y que yo fuera a decirte todo esto, pero te quiero, más de lo que puedo llegar a querer a cualquier otra persona, y te juro que esta vez, es de verdad. -Me dio otro suave beso en los labios y note como una lagrima resbala por mi mejilla. 
-Te quiero.... -Me abrace a el con fuerza, sonriendo. 
No me salia nada más, no encontraba las palabras exactas, y como no queria estropear aquel momento, me limite a decirle un simple "Te quiero", aunque con eso bastaba, no me era necesario decirle nada más. 
Le queria, posiblemente, jamas en mi vida habia querido a nadie así.
Y esta vez, estaba dispuesta a quitarme el escudo, a dejarle entrar, salir y sentir, a dejarle que me quisiera como tan solo el sabia. Esta vez, me habia prometido a mi misma que no lo estropearia. Era feliz, él me hacia realmente feliz, e iba a hacer todo lo posible, para que no tuvieramos que separarnos nunca más.

Farewell.

Dejo caer su equipaje contra el suelo y exhalo un suspiro. Le mire con tristeza y a la vez con dulzura, no sabia muy bien como me sentía en esos momentos, y mucho menos como se sentía el.

Era un día cualquiera, yo no estaba de buen humor (como de costumbre). Estaba tirada en la cama, repasando unos apuntes, quería mantener la mente ocupada y no se me ocurría otra mejor forma, 150 páginas de Historia daban para mucho, era perfecto. Al cabo de un rato, escuche como alguien golpeo con suavidad en mi puerta. Como yo no hice el intento de levantarme para abrir, la persona que se encontraba tras la puerta la abrió despacio y asomo su cabeza lo justo para ver si yo estaba. Le ví sonreí. ¿Qué estaría haciendo aquí? El, sin decir nada, entro en mi habitación acompañado de su guitarra, se sentó en el borde de la cama y se inclino sobre mí, para darme un suave beso en los labios.

-¿Qué estas haciendo aquí? Pensé que hoy no tendrías tiempo para pasar por aquí. –Le mire mientras le dedicaba una pequeña sonrisa, el me la devolvió.
-Tenia ganas de verte, simplemente. Los chicos pueden esperar, tampoco teníamos nada importante que hacer. –Dejo su guitarra a un lado y se deshizo de su chaqueta. Me hizo un gesto con la mano para que me acercara y acto seguido paso un brazo por mi cintura.
-¿Te he dicho ya que te quiero? –Susurre despacio e incline mi cabeza hacia arriba para darle un suave beso en la garganta.
-Sí, pero nunca esta de más oírlo de nuevo. –Sonrío y me apretó con suavidad contra él, yo, cerré los ojos y acomodé mi cabeza contra su pecho.
-Te quiero, más que a todo y más que a nadie. –Me levanto la barbilla con un par de dedos para mirarme fijamente y me beso, despacio, con suavidad.
En ese momento para mi no existía nadie más. No me importaba nada, absolutamente nada. Me sentía viva a su lado, me hacia sentir grande, especial, me hacia sentir la chica más afortunada sobre la faz de la tierra.
Cuando el beso terminó, el me abrazo con fuerza, como si no quisiera soltarme nunca, como si tuviera miedo a que yo me esfumara en cualquier momento, y se quedo así, abrazo a mi durante varios minutos.
Acto seguido, me obligo a que me tumbara en la cama y se tumbo a mi lado, rodeando mi cintura con su brazo. Cerré los ojos y apoye mi cabeza en pecho. Sentí como me besaba en la cabeza varias veces. Suspire. Me encantaba estar así, con el, sin hacer nada en especial y haciéndolo todo a la vez.

Agite la cabeza, aturdida y mire a mí alrededor. Seguíamos en la estación, se me humedecieron los ojos e intente que no se me saltaran las lagrimas, pero fue imposible. Sin decir nada, me abalance sobre el y le abrace con fuerza, mientras escondía mi cabeza en su hombro, intentando que no se diera cuenta de que estaba llorando.
Y así estuvimos hasta que escuchamos como su tren se acercaba, entonces, le abrace con mucha mas fuerza y las lagrimas ahora, caían mucho más rápido. No quería que se fuera, no quería que me dejara aquí sola… No, no quería vivir el resto de mi vida lejos de el.
Se aparto con suavidad y me miro por última vez. Se inclino sobre mí y me dio un suave beso en la frente. Le agarre de la mano y me la soltó con delicadeza, mientras se daba la vuelta y comenzaba a andar hacia el tren.
Y allí me quede, mirando a la nada, esperando a que pasara algo y que el volviera de nuevo. Paso una hora, dos, tres… y nada de eso ocurrió.
Me había dejado sola, completamente sola.

Destroyed.

“Aún recuerdo el día en el que mi corazón murió. La gente decía que eran cosas mías, que ya se me pasaría, lo que no saben es que no hace falta estar muerto para sentir que no tienes vida. Y van pasando días y siento que en mi algo ha cambiado. Claro que puedo sentir de nuevo, pero cuesta tanto…”

Look at me.



No es la historia más bonita, ni la más perfecta, simplemente es nuestra y... con eso basta.

Dead.

I've lost count of how many times did you go...

Only of you.

“¿Sabes? Habrá gente que te quiera más que yo, que te quiera menos, pero te puedo asegurar, que nadie, absolutamente nadie te va a querer de la misma forma que te quiero yo y nunca serán capaces de verte con los mismos ojos que yo te veo. Se que a lo mejor esto te resulte un tanto extraño y que lo veas como un estupidez, pero no te miento. También se que no viene a cuento, que será un noche cualquiera para ti, pero para mi no lo es, no te puedes imaginar todo lo que te echo de menos, esta tarde no he podido apenas ni intercambiar mas de dos palabras contigo. ¿Será que me estoy volviendo loco? Ya ni lo se… Y tan solo era eso, quería que lo supieras. Buenas noches, fea. Te quiero, cada día más.”

Eran las 12:30 p.m. y estaba ya metida bajo las sabanas, intentando conciliar el sueño. No es que me encontrara estupendamente bien, mi ánimo estaba por los suelos y el resfriado no ayudaba a que me encontrara mejor. Entonces sonó el móvil, me resulto bastante extraño, no esperaba que nadie me mandara ningún mensaje a esa hora. Estire la mano para alcanzarlo y pensé que seria algún mensaje de publicidad, solían mandarme miles de mensajes de esos al día. Desbloquee el móvil y me quede atónita al ver de quien procedía el mensaje. Me quede unos segundos quieta y lo único que pude pensar fue que se había equivocado de numero, o en su defecto, que no había podido contactar con mi mejor amigo, y lo estaba intentando hacer a través de mi. Abrí el mensaje, convencida de que iba a encontrarme alguna estupidez de las suyas. Pero no… Leí el mensaje una y otra vez, hasta que sin ningún motivo, se me saltaron las lágrimas. Intente por todos los medios parar de llorar, ya que mi compañera de habitación estaba durmiendo y no me apetecía discutir a esas horas, y mucho menos en estos momentos. Me levante despacio, me enrolle la manta alrededor del cuerpo y salí de la habitación hacia el salón. Me senté en el sofá, intentando encontrar una explicación a todo lo que acababa de leer. Mil pensamientos se me amontonaron en la cabeza y no era capaz de pensar con claridad, empezaron a pitarme los oídos demasiado fuerte y entonces como pude, metí la cabeza entre mis piernas, intentando respirar tranquilamente. Pero me fue imposible. Empecé a respirar con tanta fuerza y tan rápido, que no tarde mucho en hiperventilar. Me recogí las piernas con los brazos y los apreté fuerte contra mi, en esos momentos creía que me había vuelto loca, no era capaz ni de pensar ni de actuar de una manera coherente, ni tan siquiera podía pronunciar una palabra.
Al cabo de 30 minutos, pude tranquilizarme, no quería montar un espectáculo, ya que todo el mundo estaba durmiendo, y si les contaba todo esto, probablemente, pensarían que se me había ido la cabeza.
Volví a mirar el móvil  para releer el mensaje, y esta vez, en vez de llorar, note como el corazón palpitaba cada vez más fuerte, y una ola de calor me recorría todo el cuerpo. Sonreí. ¿Seria verdad todo lo que me había dicho o era otra de sus bromas? Me eche hacia atrás, dejando caer mi cuerpo sobre el sofá y suspire tranquila. No, claro que no era una broma. El beso que se habían dado aquella tarde al despedirse había sido tan…. especial. Cada vez que lo recordaba la ola de calor volvía para apoderarse de todo mi cuerpo. No, claro que no estaba enamorada de él, yo mejor que nadie lo sabia, pero si que tenía ilusión, tenía ganas de volver a verlo, de enredarnos en su cama a escondidas cuando estábamos con más gente, de que con tan solo pasar las yemas de sus dedos por la palma de mi mano, me resultara tan gratificante.
Me hacia sentir bien, me trataba como a cualquier chica le gusta que le traten, y me daba todo el cariño que tanta falta me hacia en esos momentos. Y lo mas importante, es que me hacia sentirme viva, como nunca antes lo había hecho nadie.
Y de pronto, comprendí que empezaba a quererle…. Y el miedo se apodero de mí. Y tan solo pude pensar…. “Otra vez no, por favor…” Y con ese único pensamiento… caí rendida en el sofá, no daba más de mí.