A correr, princesa.

De nuevo me volvía a recorrer todo el cuerpo aquella maldita sensación. Ya lo había experimentado antes, pero esta vez era como más profunda. Di unos cuantos toques con el boligrafo sobre la libreta. Suspiro. Resoplo. No sabía como iba a despedirme de él. Cuando comence a escribir, ni siquiera me estaba dando cuenta de todas las posibles tonterias que estaba poniendo. Tenía ese defecto, cuando no sabía como decir algo, le daba 1000 vueltas, haciendo que para la persona que leyera esa carta, le resultara casi imposible de adivinar a que me estaba refiriendo.

"(...) En definitiva, creo que voy a irte resumiendo todo un poco, porque me imagino que no habras entendido nada de lo que llevo escrito hasta ahora. Quiero que sepas, que si he tomado la decisión de irme, no a sido por tu culpa, no quiero que pienses que has hecho algo mal y que lo has estropeado todo, porque no es así. Eres la persona que más feliz me ha hecho en toda mi vida. Jamás se me olvidarán todas las mañanas que despertamos juntos, ni las noches en las que tenía pesadillas y tu te quedabas despierto hasta altas horas, susurrandome cosas preciosas mientras me acunabas contra tu pecho hasta que por fin caia rendida, ni las tardes en el parque, nuestro parque, ni los abrazos, ni los besos, ni las caricias y mucho menos se me va a olvidar la forma tan delicada y sutil con la que me hacias el amor, ni como me mirabas embobado mientras me arreglaba o como te estremecias tan solo al notar como mi aliento chocaba contra tu cuello. Tantas cosas que jamás voy a olvidar... El tono de tu voz, tu olor, tu risa, esas cosas se quedaran por siempre en mi memoria. Pero quiero que me prometas algo. Prometeme que me vas a olvidar, que harás como si yo jamás hubiese pasado por tu vida, que no vas a derramar ni una sola lagrima con esta carta, que dentro de unos meses ni siquiera te acordaras de mi cara... No quiero que en tu mente quede ni un solo recuerdo mío. No intentes buscarme ni me llames, no te preocupes por mi, estaré bien. Quizá con suerte, dentro de unos años, volvamos a encontrarnos y recordemos todo esto juntos, de nuevo. Cuidate y por lo que más quieras, no hagas ni una sola estupidez, aunque no lo creas, me enteraré.
Te quiero, hoy y siempre."

Firmé la carta como pude y me dispuse a doblarla para introducirla en el sobre. Me esforce para no derramar ni una sola lagrima y lo conseguí. Ya no había vuelta atrás... esta vez no. Iba a pasar los peores meses de toda mi vida, estaba segura, pero me consolaba el hecho de pensar que quizá, después de tanta tormenta... vendría la calma. La que yo tanto necesitaba en esos momentos.

No hay comentarios: