Nothing and no one.

Y volvía a sentirme tan sola como hacia unos meses... Estaba completamente vacía. 
Y sola. Sentia que ya no pertenecía a ninguna parte. Que nada encajaba. Que el cuento volvía a repetirse...
La luz que me había estado alumbrado estos meses poco a poco se iba apagando. Y me carcomia el dolor por dentro. 
Jamás llegue a imaginar que te iba a necesitar tanto en mi vida. 
Aprenderé a odiarte con el paso de los días, no te quepa la menor duda.

2 comentarios:

Myri dijo...

Me temo que todas hemos pasado por esto...cuando crees que es el momento de abrirte de dar todo, la ilusión se apaga, se ve traicionada...
Es una buena medicina odiar para curarte...yo lo intenté pero nunca podré odiarle...pero ya sabemos que la medicina depende del paciente...
Ánimo
Y ante todo...las mujeres somos tan fuertes que somos capaces de escalar montañas aún más altas...

Unknown dijo...

Por algo dicen que del amor al odio hay sólo un paso, es increíble como podemos pasar de una cosa a otra, como tantos sentimientos pueden desvancerse sin que nos demos cuenta, sólo con que la otra persona accione el botón incorrecto... Pero todo acaba pasando, nadie merece tus lagrimas... :)