La pequeña Ari y su electrizante carmín rojo.

Ari se enfundo en un vestido negro que le llegaba por encima de sus muslos. Le cogió prestados a su hermana esos zapatos de tacón rojos que tanto le gustaban y se doy un ultimo retoque en los labios, con el carmin rojo. Se miró varias veces frente al espejo. Esa noche se había rizado el pelo y le quedaba realmente bien. Sonrío al verse y se apresuró a coger el bolso, Elena le habia llamado unas quince veces al movil, para no variar llegaba tarde.
Salió de su habitación y bajo las escaleras corriendo. Al pasar por el salón vió a sus padres sentados en el sofá, viendo la tele, ni siquiera se molesto en decirles que se iba, ellos tampoco es que la prestaran demasiada atención. Abrió la puerta de la entrada y echo a andar con paso decidido por su calle. Se contoneaba como tan solo ella sabía hacer mientras tarareaba unas de sus canciones favoritas. 
Pasó por el lado de unos chicos que estaban sentados en el banco de un parque y noto como todas las miradas se clavaban en ella. Sonrío con picardía y centró su mirada en un chico moreno, de ojos azules que era realmente guapo. Se paró frente a ellos y empezo a rebuscar en su bolso, buscando el tabaco hasta que lo encontró. Sacó un cigarrillo y se acerco al chico con paso firme, sonriendo. Por la cara que ponia aquel chico ni siquiera podria creerse que una chica como Ari se estuviera acercando a él.
-Oye tú. -Se planto frente a el y le señalo el cigarrillo.- ¿Podrías darme fuego? 
-Creo que se te a olvidado decir las palabras magicas. -La miró de arriba a abajo descaradamente y ella enarcó las cejas. Que coño decia este puto subnormal, pensó. 
-¿Por favor? -Se colocó el cigarrillo entre los dientes y se inclinó sobre él, al ver que sacaba el mechero. Le dió una pequeña calada al cigarro y solto el humo despacio, en la cara de él.
-Ya veo que además de estar muy buena, sabes como se comporta una señorita. ¿Se puede saber donde vas a estar horas sola? Una cría como tu no debería estar en un lugar como este, y menos así vestida. -El chico solto una leve carcajada y Ari continuo tranquila, sin darle mayor importancia a lo que habia dicho él.
-Ya veo que lo que tienes de guapo lo tienes de subnormal. -Le dió otra larga calada al cigarro y acto seguido lo tiro al suelo, apagandolo con el tacón de sus zapatos. -Que te follen. -Se inclinó para darle un beso en la mejilla, dejandole todo el carmín rojo marcado, se dió la vuelta y con paso ligero se alejo poco a poco de ellos, contoneando sus caderas. Sabía perfectamente que el chico-sin-nombre ahora mismo tendría su mirada clavada en su trasero. Le gustaba aquel chico, al menos no se había lanzado contra ella para que le diera su numero de telefono, como hacian todos. Sonrío satisfecha. 
Le encantaban los retos dificiles, y aquel chico, iba a ser suyo por una noche y todas las que a ella le diera la gana, estaba segura.

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