Broken.


Pego un portazo con todas sus fuerzas y echo el pestillo de la puerta rápido.
Maldita sea, a su madre no le bastaba con estar chillándola prácticamente todo el día, si no que ahora, la machacaba soltándole todos los fallos que había cometido, todos sus defectos. “Me arrepiento de tenerte como hija” Esas palabras rebotaban en su cabeza constantemente, palabras que se le clavaban en lo más hondo…
Empezó a marearse y dejo que su cuerpo se deslizara contra la puerta hasta llegar al suelo. Encogió las piernas y las rodeo con un brazo, hundiendo la cabeza entre sus piernas. No, no, ella no era tan mala como la pintaban, por supuesto que no. ¿Acaso se merecía pasar por todo eso? Era realmente duro oír como su propia madre la menospreciaba e incluso podría asegurar que la tenía verdadero asco, ¡por dios! Se supone que tu madre es la persona que más te va a querer sobre la faz de la tierra, la que tiene que apoyarte en todas y cada una de tus decisiones, la que nunca tendrá un mal gesto por su parte hacia ti, pero no, no era así… nada era como a ella le gustaría.
Busco su móvil desesperadamente por sus bolsillos y comenzó a buscar un numero en su agenda, dio al botón de llamada y espero con ansia escuchar al otro lado la única voz que podía calmarla en esos momentos.
-¿Sí…? –Suspiro tranquila y se quedo unos segundos callada, llevaba más de media hora llorando y apenas podía articular ni una sola palabra.
-Mm...… so… soy yo. –Tragó saliva y espero impaciente la contestación de su amiga, no tenia ni idea de lo que iba a decirle.
-¿Pasa algo, estas bien? ¿ESTAS AHÍ? –Alzo la voz, al ver que la otra persona no pronunciaba ni una palabra. Volvió a tragar saliva e intento que la voz no se la cortara.
-Por favor… necesito… te necesito… de verdad… -Apenas podía hablar y nada más terminar de hablar las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos de nuevo.
-¿Estas llorando? Por favor, que.. ¿Qué pasa? –Notó como su amiga empezaba a ponerse nerviosa, era normal, ella estaba llorando y ni siquiera tenia fuerzas para explicarle que es lo que pasaba.
-Mira, da igual lo que pase, en 5 minutos estoy en tu casa, ¿vale? Por favor, intenta tranquilizarte, no tardo nada, pero no te muevas de ahí. –Y colgó el teléfono rápidamente, ella, dejo que el teléfono resbalase hasta llegar al suelo y respiro profundamente varias veces, tenia que tranquilizarse antes de que su amiga llegara a casa, si seguía así, no iba a ser capaz de articular ni una palabra.
5 minutos más tarde, escucho el timbre y abrió la puerta del baño deprisa, quería abrir la puerta antes de que su madre lo hiciera. Corrió por el pasillo y llego hasta la puerta, se coloco la ropa como medianamente pudo y giro la llave. Entonces la vio, estaba allí y nunca se había alegrado tanto de verla. Intento reprimir las lágrimas pero fue en vano, comenzó a llorar de nuevo, con más fuerza que antes y entonces, sin decir absolutamente nada, su amiga la abrazo.
Era increíble… en esos momentos no necesitaba nada más, un abrazo y casi estaba tranquila del todo, se aferró a su amiga con la poca fuerza que le quedaba en esos momentos y sonrío, se alegraba de tenerla como amiga, sin duda. Y lo más importante, es que su amiga, sabia como hacerla sonreír, sabía lo que tenía que hacer y en el momento que tenía que hacerlo, sin ni siquiera tener que pedírselo. Ese momento, se quedaría grabado en su memoria, como muchos otros, era genial, absolutamente genial.

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