Vierzig ein.


Y que le iba a hacer... si lo prohibido siempre resultaba realmente tentador.


Me rodeo la cintura con los brazos y me atrajó con suavidad hacia él. Sonreí inevitablemente y coloque mis manos en su pecho, impidiendo que hubiera un acercamiento completo. Sonrío de lado, bajando sus manos hasta mi trasero y acerco su boca a la mía, haciendo amago de querer morderme. Giré la cara rapidamente y cerre los ojos.
- No deberias estar haciendo esto...
Me ignoro completamente y con su mano me giró la cara de nuevo, besandome lentamente mientras me pegaba más a él apretando con suavidad mi trasero con sus manos. Dude, pero continué el beso unos instantes, para a los pocos segundos apartarme de el levemente, le miré dudosa y agache la cabeza. Justo segundos después, me pegó contra la pared, aprisionando nuestros cuerpos e impidiendo que pudiera moverme si quiera ni un centimetro. Me besó de nuevo, pero esta vez con más intensidad. Notaba como sus manos recorrian cada parte de mi cuerpo, y ahogué un gemido cuando note como sus dedos se deslizaban por el borde de mi pantalón, adentrandose poco a poco en el interior de mis pantalones. Y en ese momento, todo, absolutamente todo me dio igual. Suspiré. Cerre los ojos e intente pensar con más claridad. No, claro que no me daba igual todo, pero en esos momentos yo no podia dar marcha atrás, sentia como si me estuvieran atravesando el corazón con algo muy punzante, y deje escapar una lagrima.


No podia, en lo más profundo de mi sabia que no podia, ni queria ni deberia hacerlo, pero lo hicé.
A veces, las cosas no son lo que parecen ser. Pero me sentía bien, más que bien, genial, y no, puedo asegurar con total certeza que no me arrepiento de nada. Así soy, así seré.

No hay comentarios: