Zweiunddreißig.



Él.
La persona más especial en el mundo, la que tanto me enseñó, cuidó, mimó, educó. A la cual hice enfadar millones de veces, y nadie sabe cuanto me arrepiento ahora por ello.

Es la persona por la cual todos los 25 de cada mes, me levanto empapada en lagrimas, esperando que un milagro, lo traiga de nuevo conmigo. 
No puedo evitar llorar cuando recuerdo la ultima imagen que vi tuya. Allí, postrado en la cama, recuerdo exactamente las ultimas palabras que pronunciaste, mi nombre, acompañado de unas preciosas palabras más. Recuerdo como apreté con fuerza tu mano y te obligue a que cerraras los ojos, los cuales en 5 días no quisiste cerrar, demasiado miedo sentias a jamás volver a abrirlos. Y así fue. Te marchastes en tan pocos minutos... Y junto a ti, sé, que una parte de mi se fue contigo. 
Mi ángel, el cual desde donde quiera que este, me protege de todo lo malo que algunas veces se me viene encima, el que me da esos empujoncitos que a veces tanto necesito.
En estos 6 años que no has estado presente, yo jamás te he sacado de mi mente. Y prometo no hacerlo jamás.



Mi abuelo, ese gran hombre para mi, siempre fue y será, el padre que jamás he tenido.

No hay comentarios: