Fünfunddreißig.


Son las 7.30 a.m. Respiro hondo y puedo captar perfectamente el olor a café que hay por toda la casa. Llevo mi mirada hacia la ventana y veo como el sol esta emergiendo tras las casas y montañas. Segundos después, me levanto cuidadosamente de la cama y enderezo mis piernas para echar a caminar hacia el servicio. Me despojo de mi unica prenda, un fino camisón de seda. Me introduzco en la bañera y noto como el agua recorre cada poro de mi piel, sonrío, y dejo que mi cuerpo se sumerja en el manantial de agua caliente. Me resultaba tan gratificante, notar como el agua hacia que mi cuerpo se relajara, haciendome olvidar por momentos casi todos mis problemas, cuando estaba allí metida, todo lo que habia alrededor mía desaparecia, era mi momento de relajación, no escuchaba absolutamente nada, tan solo el suave ruido que hacian mis dedos al chocar contra el agua cristalina.
Eran las 8.30 a.m, hora de volver a la rutina diaria.

Vivo practicamente sola desde que cumplí los diecisiete años. Ahora, tengo casi diecinueve, el tiempo ha pasado realmente rapido y ni siquiera me habia dado cuenta. Me observo unos instantes en el espejo y sonrío ampliamente. ¿Como habia crecido tan rapido sin apenas haberme dado cuenta? Uhm... ¿Y tú... quien eres? No, espera, no me lo digas, no me importa demasiado. Soy de esas personas a las cuales no les importa el resto del mundo, me da exactamente igual tu vida, tus sentimientos y todo lo relacionado con alguien como tu, asi que ni intentes contarme algo sobre ti, no me interesa en lo más minimo. Tan solo, eres otro más, no eres nadie, ni significas nada para mi. 
Soy egoista, ambiciosa, codiciosa, aprovechada, y sobretodo, muy, muy egocentrica.




No intentes entrar en mi mundo, aquí, 
jamás habra sitio para ti.

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