Achtunddreißig.


Hace varios meses que realmente, me resulta fascinante el simple hecho de dormir. Sé con certeza que nada más cerrar los ojos, tu imagen volverá de nuevo a mi mente, y entonces, en tan solo esos pocos segundos, podre contemplar tu rostro. Muchas noches, me desvelo inquieta, y con esa presión en el pecho que no me deja respirar, y ya no sé si es un sintoma de que en lo más profundo de mi, sé con certeza que jamás podre susurrarte una y mil veces al oido cuantisimo te quiero y todo lo que me haces falta.
A estas alturas, pensar en ti, ya es algo inevitable. Podria asegurar sin ningun tipo de duda, que en mi mente, las 24 horas del día, siempre estas presente.




Y ya no sé como decirte, que jamás habia querido a nadie así.

No hay comentarios: