Neunundzwanzig.


Eran las 23:45 y yo andaba metida en mi mundo, como de costumbre. Escuchaba la musica de fondo, pero estaba tan concentrada pensando en miles de cosas, que nisiquiera era capaz de enterarme de que canción estaba sonando en ese momento. Miraba hacia la ventana, mientras veia como gotas de agua cristalina resbalaban por ella, esa noche me sentía bastante feliz, amaba la lluvia y todo lo que fuera relacionado con ella, podia pasar horas y horas mirando simplemente, como las gotas chocaban contra mi ventana. Pero de repente un ruido que me era bastante familiar hizo que me sobresaltara. Era el móvil. A esas horas, solo se me ocurria una persona que podia estar llamandome, Luka. Estiré la mano para alcanzarlo, sonriendo, siempre me alegraba hablar con ella por telefono. Pero mi sonrisa se esfumo tan rapido como habia aparecido. Leí en la pantalla, el nombre de alguien con el cual no me apetecia demasiado hablar. Era él. Me dio un vuelco el corazón y empece a notar como se me nublaba la vista. Tiré el movil contra el suelo, y en pocos segundos, un par de lagrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas. ¿Porqué? ¿Porqué tenia que aparecer de nuevo, justo ahora? Él se habia ido, ni siquiera recordaba hacia cuanto tiempo y porque lo hizo, pero se marchó, y ya solo quedaba un vacio, un triste recuerdo que me angustiaba y me destrozaba cada día un poco más. Pero hacia tiempo que lo habia olvidado, ya ni siquiera su estupido recuerdo me afectaba lo más minimo, o eso creia yo. Le odiaba, demasiado, jamás habia odiado tanto a nadie. Sin embargo, era tan adictivo... Contra más daño me hacia, más dependencia sentía por él. Sabia que era algo absurdo e ilogico, cada vez que aparecia de nuevo en mi vida me destrozaba más, era como un fuerte vendaval, que a su paso, se llevaba con él siempre una parte de mi, dejandome absolutamente por los suelos, como un trapo viejo y usado que ya no sirve para nada.
Sentí un pinchazo en el pecho y agité la cabeza. Yo era más fuerte que todo eso, mucho más, me jure y prejure a mi misma que no volveria a caer, y por mucho que me costara, no iba a hacerlo, esta vez no, ni queria, ni debia, ni tenia fuerzas para hacerlo, esta vez no me envolveria con sus estupidas palabras, la dulce e ingenua niña de hace un año se habia esfumado, para siempre y jamás, volvería a aparecer.
Ahora yo sabia perfectamente lo que debia hacer, y él, ya no estaba en mis planes de futuro.

No hay comentarios: